Obras completas VIII: La persona humana y el estado totalitario. El peligro del hombre

Entre 1917 y 1925, lapso que coincide con nuestros años de estudio esta ciudad de México, dos grandes maestros salidos de entonces Escuela Nacional de Jurisprudencia, José Vasconcelos y Antonio Caso, iluminaban el panorama cultural de la Casa de la Sabiduría, como llamó don Francisco Cervantes de Salazar a nuestra vieja Universidad. La presencia de aquellas ilustres figuras, una de las cuales se dirigía con su oratoria potente y política a toda la nación, y la otra, de palabra profunda y brillante discurría frente a los universitarios sobre los tópicos fundamentales del saber, agitó la conciencia de los estudiantes, de los jóvenes de aquellos ya lejanos tiempos, que sentían que estaba concluyendo una época de nuestra historia y que se abría un horizonte nuevo, más justo y más libre. A la vista de la revolución social triunfante y ante las normas de la Carta Magna de Querétaro, que habían recogido el grito de los campesinos y el anhelo de los trabajadores por la implantación de un régimen de justicia social que atemperara la explotación del hombre, la palabra y la acción de los maestros de ayer, de hoy y de siempre, nos mostró que un espíritu nuevo había penetrado en el alma universitaria para clamar por una cultura nueva y libre, una cultura, usamos las palabras mágicas de Marx, que más que explicar el mundo, se preocupara por su transformación.